Los europeos propondrán a las potencias industrializadas y emergentes comenzar rápidamente una serie de importantes reformas.
La UE pretende, sobre todo, proceder a la regulación "o por lo menos al control" de todas las instituciones financieras: los grandes grupos financieros internacionales, los fondos especulativos, las agencias calificadoras de riesgos y los paraísos fiscales, algunos de los cuales se encuentran en territorio europeo.
Europa también desea reforzar el papel del Fondo Monetario Internacional (FMI) para transformarlo en el "pivote de un sistema internacional renovado", dijo Sarkozy, presidente temporal de la UE. La institución estaría encargada de prevenir las crisis financieras. El bloque reclama asimismo "un sistema de alerta precoz" para identificar los riesgos de crisis o de "burbujas".
Los 27 defienden por fin una "convergencia de las normas contables" y un "código de buena conducta", para evitar que las instituciones financieras tomen riesgos excesivos, incluyendo la cuestión de las remuneraciones.
Previendo la negativa de Estados Unidos a la adopción de medidas demasiado intervencionistas, Sarkozy advirtió que Europa "no pretende pasar de la ausencia de reglamentación a demasiada reglamentación". "Queremos cambiar las reglas del juego financiero", explicó.
Con ese objetivo de "obtener progresos regulares y rápidos", la UE quiere una segunda cumbre del G-20, que debería decidir las medidas de aplicación de las reformas "100 días" después de la reunión del 15 de noviembre, es decir a partir de fines de febrero, una vez que Obama haya asumido sus funciones en EE.UU.
Los europeos estarán representados en Washington por Francia, Gran Bretaña, Alemania e Italia. Sarkozy también se declaró favorable a la presencia de España, que podría utilizar uno de los dos sitios que corresponden a Francia (como presidente pro tempore de la UE y como miembro del G-7) y de Holanda.
Brasil, la India, Rusia, China, Corea del Sur, la Argentina, Australia, México, Arabia Saudita, Turquía y Sudáfrica también estarán presentes en la cumbre del G-20 como integrantes del grupo de países emergentes.
Los europeos tendrán, en todo caso, la ardua tarea de convencer a Estados Unidos y China de lo oportuno de sus propuestas.
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